Por Deutsche Welle |15 de mayo de 2025, 16:32 PM

Ucrania estudia alejarse del dólar estadounidense y, en su lugar, vincular más estrechamente su moneda al euro. Así lo declaró recientemente el presidente del Banco Nacional, Andriy Pyshnyi, a la agencia de noticias Reuters. La fragmentación del comercio mundial y los vínculos crecientes con Europa estarían empujando al país a tomar esta medida.

Un cambio del dólar al euro como moneda de referencia significaría que el Banco Nacional pasaría a operar la moneda nacional, la grivna (UAH), en relación directa con el euro, y que el valor frente a otras divisas se determinaría mediante tipos de cambio cruzados. Es decir, el tipo de cambio no se calcularía directamente respecto al valor del dólar, como ocurre ahora, sino a través del valor del euro.

“Este trabajo es complejo y requiere una preparación de alta calidad y amplia”, reconoció Pyshnyi. Las transacciones en dólares siguen dominando todos los segmentos del mercado de divisas, pero el volumen de transacciones denominadas en euros ha crecido en la mayoría de los segmentos, aunque “hasta ahora de forma moderada”.

La reactivación de la inversión y del consumo, impulsada por una mayor conexión con Europa y una normalización económica, podría ayudar a que el crecimiento económico de Ucrania aumente ligeramente hasta el 3,7–3,9 % en los próximos dos años, según el jefe del Banco Nacional. Sin embargo, según él, el desarrollo económico depende en gran medida del curso de la guerra de Rusia contra Ucrania.

Una vinculación al euro como perspectiva a largo plazo

“Está claro que las disrupciones severas y complejas del sistema financiero en tiempos de guerra, durante operaciones militares a gran escala, no desaparecerán por sí solas”, señala el economista ucraniano Vasyl Povorosnyk, en entrevista con DW. Un cambio hacia el euro requeriría al menos entre cinco y diez años.

Expertos financieros valoran positivamente la iniciativa del Banco Nacional, pero advierten que no se podría implementar rápidamente. “Creo que la vinculación de la grivna al euro es más bien una decisión política con un horizonte temporal de diez años”, afirma el economista Vitaliy Shapran a DW.

“Si Ucrania desea integrarse en la Unión Europea, entonces acercarse a la eurozona es un paso lógico y previsible”, sostiene el experto, que en su día formó parte del consejo de supervisión del Banco Nacional ucraniano. A largo plazo, considera que esta decisión no tiene alternativa, sobre todo ante la agresión rusa.

Aunque Ucrania comercia principalmente con países de la UE, y parte de ese comercio ya se realiza en euros, la idea de vincular la grivna a la moneda europea sería más una directriz política que una necesidad económica, opina Dmytro Boyarchuk, del Centro de Investigación Social y Económica (CASE-Ucrania).

Según él, los beneficios de una vinculación al euro dependerían de la evolución global del tipo de cambio del dólar. Si el dólar pierde valor frente al euro, eso podría ser positivo; si se fortalece, podría generar pánico entre la población.

“No creo que esta vinculación se implemente de forma definitiva”, señala Boyarchuk. Probablemente dependerá de cómo evolucionen los acontecimientos globales. Se trataría de una perspectiva a largo plazo.

¿Quién ganaría y quién perdería?

“Si en la situación actual se hiciera del euro la moneda ancla de la grivna, se beneficiarían los exportadores e importadores con contratos en euros, y tal vez eso incluso llevaría a un aumento de contratos en euros”, dice Shapran. Pero las empresas que venden sus productos en dólares saldrían perdiendo, y de esas hay muchas en Ucrania. Según estimaciones, representarían hasta un 70 % si se incluye la economía sumergida, añade Shapran.

El debilitamiento del dólar estadounidense —y por ende también de la grivna— frente al euro ya ha hecho que las exportaciones ucranianas sean más atractivas para la eurozona, destaca el experto. Pero un cambio inmediato de moneda de referencia en Ucrania sería imposible sin transformaciones estructurales en la economía; de lo contrario, generaría descontento.

“El impacto sobre los ahorros de la ciudadanía será limitado, ya que no dejarán el dólar y seguirán ahorrando en esa moneda. Con el tiempo, sin embargo, se orientarán más hacia el ahorro en euros”, pronostica Vasyl Povorosnyk.

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