Por Mariana Valladares |9 de mayo de 2025, 10:20 AM

En medio de una jornada histórica para el Vaticano, la elección del nuevo papa dejó una inesperada sorpresa para los fanáticos de la música pop: el cantante Harry Styles fue captado entre los miles de asistentes que se reunieron en la Plaza San Pedro el pasado 8 de mayo.

El artista británico, de 31 años, presenció el anuncio de León XIV, nombre que adoptó el cardenal Robert Francis Prevost. Nacido en Chicago y nacionalizado peruano desde 2015, el clérico se convirtió en el primer papa originario de Estados Unidos y del continente norteamericano.

A pesar de que intentó pasar desapercibido, Styles fue rápidamente identificado por asistentes al evento. Vestía una chaqueta azul, anteojos de sol y una gorra con la frase “Techno is my boyfriend”. Su presencia generó revuelo en redes sociales tras viralizarse una imagen suya en el lugar. Medios internacionales como Hola! e Infobae confirmaron que se trataba del intérprete de Golden

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Este tipo de apariciones espontáneas no son algo nuevo en el estilo de vida del exintegrante de One Direction. En marzo de este año, Styles participó de forma anónima en la maratón de Tokio, donde corrió junto a más de 20.000 personas y terminó en la posición 6010. También ese mes fue fotografiado en Londres por una conductora de taxi que compartió su experiencia con el cantante en redes sociales, revelando una imagen relajada y cercana del artista.

Otro momento similar ocurrió en enero, cuando Styles visitó sin previo aviso una galería de arte en París. Vestido informalmente y sin guardaespaldas a la vista, recorrió varias salas como cualquier otro visitante. Aunque evitó posar para fotos, varios testigos aseguraron haberlo reconocido.

Desde que finalizó su exitosa gira Love on Tour en julio de 2023 —con 173 conciertos en 22 países—, el cantante ha optado por mantener un bajo perfil. Ha declarado en entrevistas su deseo de vivir “más lento” y enfocarse en experiencias personales, alejadas del ajetreo mediático.

La aparición de Harry Styles en el Vaticano no solo sorprendió por lo inusual del contexto, sino que reafirma su estilo de vida discreto, incluso en los eventos más públicos y trascendentales.

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