Gabelo Conejo: “No quiero saber nada de fútbol, terminé hasta el cuello”
El exguardameta brilló en Italia 90 y luego trabajó como preparador de porteros durante 26 años, hasta su retiro.
La historia de Luis Gabelo Conejo y los mundiales van de la mano. Gabelo fue el principal referente en el arco Tricolor, tanto en la clasificación como durante el Mundial de Italia 90, donde gracias a su actuación Costa Rica logró alcanzar los octavos de final.
Luego tendría un papel determinante como preparador de porteros en las siguientes copas del mundo de Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022, donde anunció su retiro definitivo tras 26 años en su función.
Conejo solo se perdió el Mundial de Alemania 2006 tras no ser tomado en cuenta por mantenerse supervisando a las divisiones menores de aquel entonces. Frank Carrillo fue el preparador de porteros en dicho torneo global.
Teletica.com pudo hablar con el exguardameta de 65 años en la pasada gala de conmemoración de los 35 años de Italia 90, donde recibió un caluroso homenaje.
El emblemático exportero del Albacete reconoció que terminó cansado del fútbol y hoy está completamente alejado, disfrutando por completo el tiempo con su familia, algo que antes no hizo por tanto trajín futbolero.
A continuación, puede leer la entrevista completa.
¿Cómo ha vivido todos estos homenajes por la conmemoración de los 35 años de Italia 90, un mundial que fue muy especial para usted, sin duda alguna?
Sí, han pasado muchos años. Es muy bonito, sobre todo es bonito recordar y recordar las anécdotas con los compañeros y con los amigos, porque todo en la vida pasa, pero estas cosas sí quedan y es bonito que a uno le sirvan de experiencia para seguir creciendo, no para otra cosa.
¿Hay compañeros que se han perdido del todo o todos siguen en contacto?
Bueno, normalmente mantenemos un contacto. Lógicamente, hay que entender que unos trabajan en el fútbol, otros están en Guatemala, Medford está en Guatemala o hay gente que, como en mi caso, que no quiero saber nada de fútbol, yo terminé hasta el cuello y entonces trato de estar lo más aislado posible, como siempre fue mi estilo. Yo nunca fui de prensa ni nada porque siempre me gustó manejar el perfil bajo y en la actualidad me gusta mantener un perfil bajo.
Usted fue la gran figura en Italia 90 y luego estuvo como preparador de porteros por muchos años en la Fedefútbol, así que no estuvo tan alejado…
Bueno, realmente fueron 26 años como entrenador de porteros. Vi pasar muchísimos muchachos por ahí y vieras que es muy bonito, porque es todo un aprendizaje de vida. Lo interesante de esto es que estuve 26 años con alrededor de 25 entrenadores, 20 entrenadores, y gracias a Dios siempre fui opción para ellos y para que trabajara con ellos. Yo les decía un día a unos amigos que no es porque sea argolla, pues simplemente es darle a uno el lugar y saber dónde estar.
¿Siempre se vio como preparador de porteros, entonces?
Es saber yo que mi trabajo es ser entrenador de porteros. Esa es mi función. Luego si me piden un consejo o una opinión la puedo dar, pero si no me la piden no tengo por qué, porque no es mi campo.
Entonces, a ver, uno que está en un lugar y que ese es el que le corresponde. Como decía mi abuela, es mejor ser como deseado que sobrado, y yo he tratado de aplicar eso. Esto son etapas muy lindas que uno tiene que saber canalizar y tiene que saber llevar poquito a poco.
Yo me jubilé con el Mundial de Qatar, ya con ese, por ahí pasé por casi todos los mundiales mayores, menores y femeninos; muchos porteros pasaron y creo que la primera camada que tuve fue la de porteros la que estuvo en Neighel Drummond, Daniel Rodríguez estuvo por ahí Raymundo Solano, algunas veces llegó Patrick Pemberton y de ahí para acá todas las siguientes generaciones estuvieron en mis manos.
¿Y por qué llegó a cansarse del fútbol como usted dice si ayudó a potenciar tanto a los porteros ticos?
Son muchísimos años de sacrificio familiar, de sacrificio propio… Yo supe lo que fue que enterraran a mi papá y no poder estar. Y realmente hay un tiempo para todo y ya eran muchos años de todo esto. Yo venía proyectando el cambio para yo ir saliéndome, yo iba para abajo, para selecciones menores, que es lo que a mí siempre me gustó, lo que era el reclutamiento y el desarrollo de los muchachos.
A mí me gustó mucho la formación siempre y ya eran muchos años y ya yo quería descansar también. Ya cuando decían, hay un viaje de tal y tal, yo me decía: “uy, ojalá me pudiera quitar” y bueno, no se podía quitar. Pero también no se puede ser mal agradecido porque el fútbol me dio cosas muy lindas. Especialmente dio muchos amigos.
¿Sí salió bien con la Fedefútbol y con todo el entorno de ahí?
Totalmente, totalmente. Gracias a Dios, nunca fui de polémica, por eso siempre me mantuve al margen de todo para no tener, porque también uno se conoce, uno tiene su personalidad y su carácter y para mí lo que es blanco es blanco, no es gris, entonces como yo me conozco, entonces yo tengo que saber qué: me piden una opinión, doy mi opinión, la que yo considero que es, independientemente si usted está de acuerdo o no está de acuerdo con ella.
¿Y ahora cómo pasa el tiempo, a qué lo dedica?
Bueno, aún no tengo nietos, pero comparto más con mi familia y mis hijos que, gracias a Dios, son deportistas (ambos destacados jugadores de baloncesto), que es lo que a uno más le interesa. El mayor sí está casado y el menor está con la Selección Nacional de Baloncesto.
¿Cómo comenzó con la preparación de los porteros, pues prácticamente usted revolucionó el desarrollo de los guardametas?
En 1997, cuando yo llegué a la Federación por un periodo corto de cuatro meses, luego me fui porque tenía un par de empresas por ahí y realmente no podía dejarlas, pero cuando volví, en 1999, que me llamaron, yo le dije a don Isaac Saso y a don Hermes Navarro que yo volvía con una condición y era que en los equipos de fútbol exista la figura del entrenador de porteros y que sea obligatoria y licenciada, que tenga que hacer cursos FIFA y que se tenga que capacitar y que le den un lugar, que no sea que pongan al masajista, o al preparador físico, a que le patee bolas, no, tiene que estar capacitado porque es un puesto diferente.
Quien lo entrena, tiene que saber cómo lo entrena y por qué lo entrena, tiene que estar capacitado. Entonces, costó muchísimo, pero poquito a poco fuimos invirtiendo los papeles.
¿Y cómo lo fue implementando?
Yo recuerdo que di un pequeño refrescamiento para los entrenadores de porteros, que recluté 12, si no me equivoco; en ese momento, Frank Carrillo, Roger Mora, Miguel Segura, Erney Quesada de Pérez Zeledón, Julio Morales de Cartago, bueno, eran como 12 o 14… y ahí empezamos a trabajar para que ellos fueran en sus lugares de residencia, que comenzaran a trabajar con una base.
Les di un pequeño folleto que yo fui elaborando poco a poco en entrenamiento de porteros y luego yo era un admirador de Frans Hoek, tenía todos los vídeos de él, entonces con ayuda de Breanse Camacho, los editamos y pasándolos a VHS, porque entonces estaban en Betamax, y a cada uno de ellos les di un casete con los principales trabajos para que ellos se guiaran con eso y de ahí se reinventaran, para que comenzáramos a trabajar orientando a los porteros de Costa Rica, para que no fuera algo empírico, sino que fuera algo ya más profesional.
¿Cuál cree que sea el principal aporte que dejó Gabelo Conejo al fútbol costarricense?
Yo creo que dentro de todos los 26 años que estuve, de todos los porteros que pasaron, de todos aprendí muchísimo y les agradezco muchísimo, pero tal vez la mayor alegría para mí fue el hecho de haber instaurado un poco la figura del entrenador de porteros.
¿Cómo analiza el trabajo de los preparadores de porteros en la actualidad de las selecciones nacionales?
Bueno, yo estoy muy contento de que esté Ricardo González, que continúe, porque Ricardo llevaba la misma línea mía y a lo mejor mejora, y luego de eso estoy muy contento por el cambio generacional que se dio. Lo que hay que tener es paciencia para que todos estos muchachos vayan madurando, vayan quemando etapas y ojalá que nos den la clasificación al Mundial para que de ahí den el salto aún más.