Beneficios de sacar a pasear su mascota: más que un hábito, una necesidad
Sacar a su perro o gato a dar un paseo no solo mejora su conducta y su salud, también fortalece su relación con ella. Le contamos por qué este momento del día puede marcar una gran diferencia.
Sacarlos a “hacer pipí” es solo la punta del iceberg. Pasear a su perro no es un simple trámite del día a día. Es un acto fundamental para su salud física, mental y emocional. Y aunque el ritmo acelerado de la vida urbana puede tentar a muchos a omitir este momento, las consecuencias de no hacerlo podrían impactar profundamente en el bienestar de su mascota.
La etóloga Alexandra Alvarado, especialista en comportamiento animal, explicó a Teletica.com que los paseos son mucho más que una rutina de higiene: son una necesidad vital.
“El paseo permite que tu perro libere energía acumulada, regulando su metabolismo y manteniendo un equilibrio fisiológico saludable”, aseguró.
En otras palabras, caminar con su mascota le ayuda a mantener su sistema en homeostasis, evitando problemas relacionados con el sedentarismo como obesidad, estrés o incluso enfermedades metabólicas. Cada salida es como una fiesta para el olfato de su perro.
“Cada paseo activa su sistema olfativo (¡muy superior al nuestro!), promoviendo la neuroplasticidad y evitando el aburrimiento cognitivo. O sea: ¡cada olor es como un sudoku para su nariz!”, detalló Alvarado.
Así, un paseo se transforma en un ejercicio mental que lo mantiene atento, curioso y emocionalmente equilibrado. Esta estimulación multisensorial es tan vital como la física: previene trastornos de comportamiento y lo ayuda a enfrentar mejor los cambios o imprevistos.
Alvarado también destaca el impacto de los paseos en la socialización.
“Interactuar con otros perros, humanos y estímulos urbanos mejora su conducta social y reduce respuestas de estrés como la agresividad o la ansiedad por separación”, subrayó.
Exponer a su mascota al entorno de forma controlada le permite ganar seguridad, desarrollar habilidades sociales y volverse más tolerante. Lo que parece un simple cruce con otro perro en la acera, en realidad es parte de su entrenamiento emocional diario.
Pasear a su mascota también es una experiencia de conexión.
“Caminar juntos activa la oxitocina (la hormona del amor y el apego) tanto en el perro como en el dueño. ¡Es química de la buena!”, ratificó la etóloga.
Ese momento compartido puede reforzar la confianza mutua, mejorar la obediencia y profundizar el lazo afectivo que tiene con su compañero peludo. Además, los paseos permiten una conducta higiénica controlada.
“El paseo facilita la eliminación de desechos de forma ordenada, respetando su etograma natural (su patrón de conducta instintiva). Además, protege tu alfombra”, añadió Alvarado entre risas.
Un animal que no puede eliminar de forma adecuada puede desarrollar problemas digestivos, conductas inapropiadas dentro del hogar y altos niveles de estrés.
¿Y si no lo saca?
No sacar a pasear a su perro, o gato, en el caso de felinos adaptados al arnés, puede derivar en obesidad, depresión, destructividad, agresividad o ansiedad por separación. Puede que incluso deje de comer o presente comportamiento compulsivo como perseguirse la cola o lamerse en exceso.
“Los paseos no son solo ‘para que haga pipí’, son una experiencia integral de salud física, mental y emocional”, dijo Alvarado.
Así que, antes de darle otro juguete o una golosina, pregúntese: ¿ya lo saqué hoy? Porque como bien dice la experta.
“¡Tu perro no necesita un iPhone, necesita un paseo diario!”, finalizó.