A 25 años de tragedia, Hogar de Ancianos de Tilarán se levanta como ejemplo
Hoy, su personal y vecinos celebran los avances que convirtieron una tragedia nacional en una historia de resiliencia.
La noche del 20 de julio de 2000 quedó marcada como una de las más trágicas en la historia de Costa Rica. En apenas 20 minutos, un incendio en el Hogar de Ancianos de Tilarán cobró la vida de 17 adultos mayores mientras dormían, convirtiéndose en el suceso con más víctimas mortales de la tercera edad en el país.
Las llamas, provocadas por un cortocircuito, se propagaron rápidamente por las instalaciones. El albergue, ubicado en San Antonio, apenas contaba con un encargado para velar por los 41 residentes.
Nueve hombres y ocho mujeres murieron por asfixia, y al menos cuatro fueron encontrados totalmente calcinados. Las escenas más desgarradoras se vivieron horas después, cuando los familiares acudieron a identificar los cuerpos. En aquel entonces, el presidente Miguel Ángel Rodríguez decretó duelo nacional.
Hoy, a 25 años de aquella tragedia, el hogar ha experimentado una transformación profunda. En entrevista con Teletica.com, Maritza Jenkins Murillo, actual fiscal de la Junta Directiva y expresidenta del Hogar de Ancianos, recordó los duros momentos vividos y destacó los avances alcanzados: “En ese entonces no había ni detectores de humo, ni puertas adecuadas. Hoy, gracias al esfuerzo conjunto, todo eso cambió, actualmente se trata de tener un enfermero por cada 10 adultos mayores”.

Jenkins detalló que el hogar cuenta ahora con alarmas contra incendios, luces de emergencia, detectores de humo, salidas amplias y señalización en todas las áreas. Además, el personal es permanente y capacitado, y se realizan simulacros de evacuación con regularidad.
Actualmente, el hogar alberga a 26 adultos mayores, aunque la cifra varía debido al fallecimiento natural por vejez. “Muchos llegan en situación de abandono. Algunos familiares no regresan. Pero aquí reciben atención integral y cariño”, afirmó Jenkins.
El centro también funciona como espacio de encuentro para otros adultos mayores de comunidades vecinas como Quebrada Grande, donde se organizan actividades recreativas, talleres y eventos culturales. “El hogar no solo cuida, también integra”, explicó.
“La comunidad ha sido clave en la evolución del centro. Eventos como corridas de toros, subastas anuales y donaciones de ganaderos permiten financiar mejoras continuas. La solidaridad ha sido increíble. Aquí la gente da con el corazón”, relató emocionada la funcionaria.
Entre los logros más recientes destaca un proyecto en conjunto con la Junta de Protección Social que permitió la adquisición de 17 camas médicas y la instalación de puertas corredizas anchas. Además, se construyó un salón techado de gran tamaño con apoyo del MOPT y el ICE.
“Yo me siento tan orgullosa de lo que hemos construido. Esta ya no es la historia de una tragedia, sino la de una comunidad que se unió para transformar el dolor en esperanza”, acotó Jenkins.
El apoyo de los ganaderos locales, vecinos, la Junta de Protección Social, la Municipalidad y otras entidades, así como los eventos sociales que realizan, hacen de este hogar un ejemplo para sus similares en el país.
“Yo creo que yo me siento tan contenta y tan orgullosa. Hay mucha colaboración, mucha conciencia. Hemos evolucionado de tal forma que la tragedia de hace 25 años quede atrás y nunca más se vuelva a repetir, ahora somos más fuertes y unidos”, finalizó la fiscal.