Ante los ojos de los expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA), las dos erupciones registradas la madrugada y mañana de este martes en el volcán Poás son normales (vea video adjunto de Telenoticias).

Esto a pesar de que son de las pocas que el propio órgano técnico ha reportado por encima de los 1.500 metros de altura en el último mes, cuando se intensificó la actividad del coloso.

"Fue un evento más visible y amplio respecto a lo que hemos tenido en los últimos días. Pero si quiere ver una escalada, hay que verla desde el inicio del año, que hemos visto un incremento de la actividad y todavía está en proceso y no sabemos cuándo va a culminar. Sí hay una escalada lenta, progresiva. El evento de hoy (martes) tampoco fue una cosa tan grande, pero sí es bien visible", explicó el vulcanólogo Geoffroy Avard.

"No es la primera vez que tenemos una erupción que sobrepasa los 1.000 metros. Lo hemos reportado en reiteradas ocasiones en el último mes", insistió.

Sin embargo, más allá de destacar la cantidad de pulsos reportados a partir de los eventos volcánicos de este martes, el experto se quedó con las dos semanas de emisión de ceniza de manera sostenida.

De hecho, tras las erupciones de este martes, a la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) llegaron informes sobre una importante caída de material en sectores como Varablanca de Heredia.

"Esta actividad es sostenida y, a pesar de esa desgasificación fuerte y emisión de ceniza permanente, tiene todavía el potencial de hacer explosiones un poco más energéticas que permiten levantar la pluma. Eso puede seguir. Todavía podemos ver otras erupciones.

"Les recuerdo que en 2017, la pluma se levantó de más de cuatro kilómetros, tal vez más, por una erupción nocturna que no se pudo medir. Pero el volcán tiene el potencial de hacer erupciones más fuertes", resaltó el especialista.

Avard marcó una diferencia relevante en las condiciones del Poás entre 2017 y 2025.

Valga mencionar que, ocho años atrás, el coloso expulsó rocas que llegaron incluso al patio de visitantes del Parque Nacional Volcán Poás.

"Les recuerdo que la situación este año es diferente a la de 2017. En 2017, el gas no lograba salir, tenía mucha dificultad de salir, entonces la apertura fue un poco catastrófica. Este año, el gas logra salir fácilmente y, entonces, genera condiciones que permiten hacer erupciones un poco más sostenidas y menos amplias", subrayó el vulcanólogo.

El experto señaló que es poco probable que el Poás vaya a tener magma visible en su superficie.

Según el especialista, para que ello ocurra, tendría que generarse una "magnitud enorme" de lava.

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