¿Qué tan fuerte será la temporada de huracanes 2025?
El año pasado hubo 18 tormentas con nombre, 11 huracanes y 5 huracanes mayores (categoría 3 o superior), una de las temporadas más activas en los registros recientes.
La temporada de huracanes en el Atlántico ya está en marcha y se extenderá hasta el 30 de noviembre. Aunque los meses más activos son setiembre y octubre, los expertos coinciden en que este año habrá una actividad ciclónica importante.
Rodrigo Castillo Rodríguez, investigador del Centro de Investigaciones Geofísicas (CIGEFI) de la Universidad de Costa Rica, explicó a Teletica.com que en este 2025 el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) se encuentra en una fase neutral, lo que podría moderar la intensidad de los sistemas que se desarrollen.
“Esto no significa que no habrá afectación. Las condiciones siguen siendo propicias para la formación de huracanes, pero podrían no alcanzar los niveles de intensidad del 2024”, advirtió Castillo.
El año pasado cerró con 18 tormentas con nombre, 11 huracanes y 5 huracanes mayores (categoría 3 o superior), una de las temporadas más activas en los registros recientes. Para este año, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) prevé una actividad igualmente significativa:
Entre 13 y 19 tormentas con nombre
Entre 6 y 10 huracanes
Entre 3 y 5 huracanes mayores
Castillo detalló que el aumento en la actividad responde a una combinación de factores climáticos: temperaturas oceánicas por encima del promedio, baja cizalladura del viento, alto contenido de calor en el mar y una posible intensificación del monzón africano, origen frecuente de muchos huracanes atlánticos.
“Existe un 60 % de probabilidad de que la temporada esté por encima del promedio, un 30 % de que esté cerca del promedio y apenas un 10 % de que sea inferior”, indicó el investigador.
¿Qué esperar en los próximos meses?
Según Castillo, durante julio y agosto suele presentarse la llamada "sequía de mediados de verano" (midsummer drought), provocada por el fortalecimiento de los vientos alisios. Esta condición limita temporalmente la formación de ciclones tropicales.
Sin embargo, una vez que estos vientos se debiliten, las condiciones para la ciclogénesis —es decir, la formación de ciclones— se volverán más favorables, especialmente en setiembre y octubre, cuando se alcanza el pico de la temporada.
Aunque el país no suele recibir impactos directos de huracanes atlánticos, los efectos indirectos sí se sienten, sobre todo en la vertiente del Caribe. Lluvias extremas, inundaciones y deslizamientos figuran entre las consecuencias más comunes.