Risas, nostalgia y magia: ‘Otro viernes de locos’ lo tiene todo
Se trata de un clásico renovado que se siente como un abrazo de la adolescencia de muchos.
Por Laureen Fernández Vargas/ @LauSinSpoilers.
¡Qué delicia de película! Otro viernes de locos es todo lo que necesitábamos sin saberlo: una comedia que mezcla lo clásico y lo moderno con una soltura deliciosa. Ver a Lindsay Lohan brillar otra vez es como volver a casa: carismática, divertida y con esa chispa que nos recuerda por qué fue (¡y sigue siendo!) un ícono de nuestra adolescencia.
La película mantiene la esencia de la original, pero con un ritmo fresco, actual y lleno de guiños inteligentes a la cultura pop, a la maternidad moderna y a la conexión generacional. El humor es limpio, ágil y sin pretensiones: solo risas genuinas y ese calorcito en el pecho que dejan las cintas bien hechas.
En tiempos donde lo complejo domina, Otro viernes de locos es un respiro feliz. Una historia familiar, cercana y entrañable que se disfruta como una tarde de helados con nuestras mamás, hijas o con nuestro yo adolescente.
Visualmente, la paleta cromática es intensa y saturada, con tonos vibrantes que resaltan estilos de moda que combinan lo moderno con lo nostálgico: chaquetas brillantes, estampados atrevidos y sets llenos de energía. En resumen, no solo homenajea la generación millennial, sino que la hace emocionarse otra vez como si volviera a descubrir una buena comedia de los noventa.