‘¿Y dónde está el policía?’: la comedia más absurda e inesperada del año
Esta película nos recuerda que la comedia puede renovarse, sorprender y, sobre todo, hacernos reír mucho.
Por Joaquín Alvarado Gutiérrez/ @vamosalcine2025.
¿Y dónde está el policía?, nos recuerda que la comedia puede renovarse, sorprender y, sobre todo, hacernos hasta que duela la panza.
La historia arranca con nuestro querido y despistado policía, ese que uno no dejaría ni cuidar la soda del barrio, recibiendo un caso que, para cualquier agente serio, sería de vida o muerte. Pero claro, aquí la prioridad es otra, no tropezar con el propio cordón de los zapatos mientras se intenta atrapar a los malos.
Y por si fuera poco, en medio de esta “misión de alto riesgo” (para su dignidad), aparece su nuevo compañero, un hombre que sabe lo que es ser implacable… pero en dramas intensos, de esos que uno ve con el corazón encogido. Esta vez, lo suyo será encoger el estómago del público… ¡De risa!
Porque sí, aquí tenemos a un actor legendario, Liam Neeson que interpreta el papel principal (inspirado en el teniente Frank Drebin que hizo famoso Leslie Nielsen), dueño de una carrera con premios, reconocimientos y lágrimas en la pantalla, que ahora se atreve a reírse de sí mismo y demostrar que la comedia es un reto igual de grande que el drama. Y le sale tan bien que uno se pregunta: “¿Por qué no lo habíamos visto antes tirando chistes, en vez de discursos solemnes?”
Frente a él, una estrella icónica de la televisión y el cine, Pamela Anderson, con una energía que parece funcionar a base de café y pura chispa natural. Es de esas figuras que llenan la pantalla, que improvisan como si el guion fuera una sugerencia, y que sabe exactamente cuándo dejar que el público respire entre carcajadas… aunque pocas veces nos da esa oportunidad.
La trama avanza entre persecuciones donde se persigue más la lógica que a los villanos, interrogatorios que parecen sacados de un programa de humor y situaciones tan ridículas que uno no sabe si aplaudir al guionista o pedirle que le preste un poco de su imaginación. Hay accidentes que no deberían pasarle a un policía, disfraces que harían llorar a un diseñador de vestuario y planes que, milagrosamente, terminan funcionando (más por suerte que por talento).
Pero más allá del humor, esta película tiene un mérito enorme, logra acercar generaciones. Los padres que crecieron con la franquicia revivirán ese espíritu absurdo que marcó época, mientras que los hijos descubrirán un tipo de comedia que no necesita caer en lo vulgar para ser divertida. Y lo mejor, no hay que haber visto las anteriores para disfrutarla.
Esta historia se sostiene sola y llega con toda la frescura de una propuesta que entiende que, si el público va al cine a reír, hay que darle razones de sobra.
Así que ya lo sabe, prepare las palomitas, acomódese en su butaca y disfrute de una misión donde la incompetencia es un arte, la amistad es más fuerte que la torpeza, y las risas están garantizadas.
¿Y dónde está el policía?, no solo regresa, se reinventa, se actualiza y nos recuerda por qué el cine, cuando se hace bien, es la mejor excusa para salir de la rutina.