Amor especial: cuando el vidrio sana y se transforma en arte
Psicóloga de formación y artista por vocación, Celita Ulate fundó Vitrocolor, un taller único en Costa Rica, donde el vidrio cobra vida y emoción.
Entre la fragilidad y la fortaleza, Celita Ulate Sánchez encontró una forma de sanar, crear y enseñar. Psicóloga de formación y artista por vocación, ella fundó Vitrocolor, un taller único en Costa Rica, donde el vidrio cobra vida y emoción (ver nota completa en el video adjunto).
Ubicado en Barrio Luján, el taller es un espacio que huele a fuego, creatividad y calma. Ahí, entre hornos y pigmentos, se funden sentimientos, memorias y aprendizajes.
“Trabajar el vidrio me enseñó que lo frágil también puede ser bello, fuerte y resiliente”, afirma Celita.
Desde hace más de 20 años, Vitrocolor ha sido punto de encuentro para quienes buscan más que una clase: una experiencia de transformación personal. Así lo expresa Georgina Valverde, alumna del taller: “Cada pieza que hago tiene algo de mí. Aquí he aprendido a mirar hacia adentro”.
Celita ha compartido sus conocimientos con pasión, y junto a maestros como Anabel Hutt y otros más, ha logrado crear una comunidad artística sólida y cálida.
Vitrocolor ofrece talleres de técnicas diversas en vidrio fundido, vitrofusión y pintura sobre vidrio, dirigidos a principiantes y artistas avanzados. También ha realizado obras para iglesias y hogares dentro y fuera del país.
“Trabajar con vidrio es como trabajar con las emociones: hay que saber cuándo soltar, cuándo sostener, cuándo aplicar calor”, comenta Celita. Sus obras han sido expuestas en múltiples espacios y algunas de sus piezas forman parte de colecciones internacionales.
Puede conocer más sobre el taller y sus cursos en @vitrocolorcr, donde se documenta este viaje artístico que combina belleza, introspección y comunidad. Porque el arte no solo se mira: también se siente, se toca… y en Vitrocolor, se funde con amor.