Este picadillo de arracache cuenta la historia familiar de Alfredo Zúñiga

En la comunidad de La Giralda, en Alajuela, hay un aroma que despierta memorias y un sazón que guarda 40 años de experiencia: el de don Alfredo Zúñiga, un cocinero de corazón que ha dedicado gran parte de su vida a preservar los sabores tradicionales de nuestra tierra. 

Esta vez, nos abrió las puertas de su cocina para enseñarnos a preparar un platillo que lo conecta con su niñez y que lleva un toque muy personal: el picadillo de arracache con frijoles blancos (ver nota completa en el video adjunto).

Don Alfredo no aprendió a cocinar por casualidad. Fue su madre, doña Rosita, una pastelera reconocida en la zona, quien desde muy pequeño le enseñó los secretos del buen cocinar. Hoy, a sus 95 años, doña Rosita ya no se mete tanto en la cocina, pero aún supervisa de vez en cuando, cuidando que su legado siga vivo en las manos de su hijo.

El picadillo de arracache que prepara don Alfredo no es cualquier receta. A la base tradicional le añade un ingrediente inesperado: frijoles blancos. Esta variación no solo enriquece el sabor y la textura, sino que también le rinde homenaje a su tía Janeth, en San Pedro de Poás, con quien solía preparar este plato durante las fiestas patronales. 

Ingredientes que cuentan historias

Para preparar este delicioso platillo al estilo de don Alfredo, necesitará:

• Aceite y achiote.
• ​Ajo picado.
• 1 kg de papa.
• 1 kg de arracache.
• 400 gramos de frijoles blancos cocidos.
• 300 gramos de carne mechada.
• 1 taza de caldo de res.
• Comino, pimienta, orégano, sal.
• Mostaza, salsa inglesa y consomé de res.

El secreto, según él, está en cocinar con cariño, dejar que los sabores se integren lentamente y no tener miedo de darle un giro personal a las recetas tradicionales. Con cada cucharada de este picadillo, Alfredo no solo alimenta cuerpos, sino también corazones, conectando a quienes lo prueban con una Costa Rica llena de historias, sabores y tradiciones.