KALUVA: un sueño de emprendimiento que brilla con resina y corazón
Este no es solo un espacio para crear joyería artesanal, es un refugio de inspiración, aprendizaje compartido y empoderamiento femenino.
En un pequeño taller lleno de luz natural, aromas suaves y charlas entre risas, se teje una historia de emprendimiento, creatividad y sororidad. Nos encontramos en KALUVA, un proyecto que nació del deseo profundo de una madre por estar presente en la vida de su hijo sin renunciar a su desarrollo profesional. Esa madre es Katherine, la mente y corazón detrás de esta iniciativa que hoy comparte con otras dos mujeres, formando un equipo de tres emprendedoras que transformaron una idea en una realidad vibrante (ver nota completa en el video adjunto).
KALUVA no es solo un espacio para crear joyería artesanal con resina, es un refugio de inspiración, aprendizaje compartido y empoderamiento femenino. La historia comenzó en la mente de Katherine como una salida laboral flexible, pero con el tiempo fue cobrando forma, sumando manos, talentos y sueños. Hoy, el taller es un testimonio palpable de lo que sucede cuando la pasión se combina con la determinación.
La experiencia comienza bajo la guía de una profesora que no solo enseña, sino que contagia entusiasmo. Su voz, dulce y clara, nos introduce a los secretos de la técnica de resina, una de las más populares actualmente en el mundo de la bisutería artesanal. Esta técnica permite crear piezas únicas, personalizadas, en las que se puede jugar con colores, texturas, brillos y pequeños detalles que hacen de cada creación una obra irrepetible.
Primero, se elige el molde, y luego comienza el proceso de vertido de la resina. Cada participante tiene la libertad de añadir pigmentos, glitter, flores secas o incluso delicadas láminas de oro, como lo hicimos durante este taller. Lo que empieza como una mezcla líquida y algo incierta, pronto se convierte en un objeto sólido lleno de expresión y belleza.
Lo que hace único a KALUVA no es solo la calidad de sus productos o la originalidad de sus diseños, sino el ambiente que se vive dentro del taller. Aquí, cada pieza que se crea lleva consigo una historia: la de una madre que decidió apostar por sí misma, la de un grupo de mujeres que se apoyan mutuamente, la de cada tallerista que se atreve a experimentar, a aprender, a compartir.
En tiempos donde el emprendimiento femenino sigue rompiendo barreras y ganando terreno, proyectos como este nos recuerdan que la creatividad también puede ser un acto de amor, de resistencia y de esperanza.
Y mientras las piezas de resina se curan lentamente en sus moldes, también se van solidificando los lazos entre quienes comparten este espacio. Así, con cada taller, con cada creación, KALUVA sigue creciendo, brillando y dejando huella.
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