Por Diana Vásquez |12 de agosto de 2025, 18:55 PM

En Guadalupe de Alajuela vive un hombre al que todos conocen y aprecian: Ramón Carvajal, aunque su nombre casi nadie lo usa. Para su comunidad, él es simplemente “Tito”, un personaje entrañable que ha sembrado mucho más que árboles; ha cultivado esperanza, generosidad y sonrisas.

Con espíritu alegre y siempre con una broma a flor de labios, Tito se gana el cariño de todos sin esfuerzo. Su fama no solo proviene de su carisma, sino también de su noble labor: ha destinado parte de su terreno a sembrar árboles de aguacate y, con los frutos que cosecha, realiza un gesto que conmueve. Vende algunos, pero regala muchos más a sus vecinos y a personas en situación de necesidad.

Junto a su esposa, Rosa Sibaja, con quien comparte décadas de matrimonio, cultiva dos pasiones: sus árboles y el baile. No es extraño verlos moverse al ritmo de una cumbia en medio del campo, celebrando la vida con la misma alegría que comparten con quienes los rodean.

Tito es la prueba de que nunca es tarde para emprender y, mucho menos, para tender la mano al prójimo. En cada aguacate que entrega, va también un pedazo de su corazón, transformando su terreno en una fuente de abundancia, solidaridad y unión comunitaria.

Repase el reportaje completo en el video que está en la portada de este artículo.

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