Por Diana Vásquez |8 de mayo de 2025, 18:30 PM

En tiempos donde todo parece ir tan rápido y las relaciones duran un suspiro, hay historias que nos devuelven la fe en el amor duradero. Ese es el caso de Abilio Naranjo, de 95 años, y Adaly Blanco, de 92, una pareja que ha compartido la vida durante tres cuartos de siglo y cuya historia comenzó con una coincidencia familiar y una mirada que lo cambió todo.

Era el año 1950 cuando Abilio, entonces un joven de 20 años, visitó la casa de una familia conocida para comprar unos bueyes. Pero no solo encontró ganado aquel día: encontró al amor de su vida (ver nota completa en el video adjunto).

Adaly, con apenas 17 años, era hermana de la esposa de un tío de Abilio. Fue un encuentro fortuito, pero desde ese instante, él supo que no quería dejar de verla jamás.

Poco tiempo después, se casaron en la iglesia de San Marcos y nueve meses más tarde nació el primero de sus 11 hijos. Con el paso del tiempo, su familia creció como un árbol robusto, dando frutos que hoy suman más de 35 nietos y bisnietos.

Sus vidas han transcurrido entre trabajo, sacrificios, celebraciones y la rutina compartida que solo se construye con amor verdadero. Una de sus hijas, Mayra Naranjo, no esconde el orgullo al hablar de ellos.

Para ella, sus padres no solo han vivido una vida juntos: han construido un legado.

En un mundo donde las relaciones a largo plazo parecen una rareza, la historia de Abilio y Adaly es una joya. Su amor no es de cuentos de hadas, sino de constancia, respeto y decisiones tomadas cada día durante 75 años.

Su vida es un ejemplo silencioso, pero poderoso, de que el amor verdadero no solo existe, sino que también puede perdurar.

Y mientras se sientan uno junto al otro, acompañados por generaciones que brotaron de su unión, nos recuerdan que el compromiso puede ser tan fuerte como el primer "sí", si se cultiva con cariño y dedicación.

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