Por Diana Vásquez |26 de agosto de 2025, 18:53 PM

En el corazón de San Joaquín de Flores, entre calles tranquilas y casas tradicionales, se esconde un local que vibra con creatividad. Allí, el arte no se limita a vitrinas: se respira, se palpa y se transforma en cada pieza que nace de unas manos dedicadas.

Ese es el espacio de Ronald Oviedo, un artesano que ha convertido la cerámica, la resina, la madera, la piedra y el lienzo en vehículos de expresión. Bajo su cuidado, cada material cobra vida y juntos conforman un universo donde conviven texturas, colores y formas que parecen tener alma propia.

Durante los últimos seis años, este camino no lo ha recorrido solo. A su lado está Francisco, socio y compañero de sueños, quien sostiene el proyecto con la misma pasión y compromiso que Ronald deposita en cada obra.

El taller es mucho más que un espacio de producción: es un refugio creativo que invita a detenerse y observar. Rodeadas de artesanías que cuentan historias silenciosas, las paredes guardan la esencia de quienes las construyen día a día. El ambiente, casi mágico, contagia inspiración y despierta curiosidad.

Entre colores y formas, Ronald también comparte su talento como maestro. Con sencillez y paciencia abre las puertas a quienes desean aprender, convirtiendo su taller en un punto de encuentro donde la creación se multiplica y el arte se convierte en experiencia compartida.

En San Joaquín de Flores, este pequeño local demuestra que los grandes sueños pueden materializarse en objetos únicos capaces de transmitir la visión y el corazón de quienes los elaboran.

Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada del artículo.

Si desea conocer más o adquirir una pieza, puede contactarlos al 8711-3432.

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