Vinos con historia: la mujer que convirtió la adversidad en un emprendimiento exitoso
Desde un precario en Poás hasta su propia bodega, doña María Elena produce vinos únicos con frutos de su huerta, un emprendimiento que mezcla esfuerzo, tradición y sabor costarricense.
En las montañas de Poás de Alajuela, entre el verdor y el esfuerzo diario, doña María Elena Arguedas ha construido con sus propias manos una historia de superación que se saborea en cada botella de vino que produce.
Su camino no ha sido fácil. Durante años vivió en un precario, enfrentando dificultades económicas y personales. Sin embargo, su espíritu luchador la impulsó a buscar oportunidades para salir adelante. Hoy no solo cuenta con su propia casa, sino también con un emprendimiento que ha conquistado paladares: vinos artesanales elaborados con guayabita del Perú y flor de Jamaica, frutos que ella misma cultiva en su terreno.
El proceso es completamente artesanal, desde la cosecha hasta el embotellado. La mayoría de los ingredientes provienen directamente de su huerta, lo que asegura un producto natural, auténtico y de gran calidad.
Quienes han probado sus vinos coinciden en que se trata de una delicia única, ideal para compartir en reuniones o para obsequiar como un regalo especial. Además, pueden adquirirse directamente en su hogar, lo que brinda a los clientes la experiencia de conocer el corazón del emprendimiento.
Doña María Elena es más que una productora de vinos. Es un símbolo de constancia, trabajo digno y de que, con esfuerzo, es posible transformar la vida sin perder la esencia de lo propio. Su historia demuestra que los sueños, como el vino, requieren tiempo para madurar y convertirse en algo verdaderamente extraordinario.
Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada de este artículo.
Para hacer pedidos o solicitar más información, puede contactarla al 6159-1059.