Boca Tapada: el paraíso escondido que apuesta por el ecoturismo
Además de disfrutar de impresionantes senderos y avistamiento de fauna, los visitantes también pueden saborear alimentos cultivados en la misma finca.
Para llegar hasta Boca Tapada, en el distrito de Pital de San Carlos, hay que cruzar el río San Carlos en lancha. Lo que espera al otro lado no es solo un hotel… Es un paraíso natural escondido entre selva, aves, lagunas y árboles majestuosos (ver nota completa en el video adjunto).
Este pequeño rincón de Costa Rica hoy apuesta con fuerza por el ecoturismo como motor de desarrollo para toda la comunidad.
Ubicado en el corazón del Refugio Mixto Maquenque, el Maquenque Eco Lodge es un proyecto familiar que nació con amor por la tierra.
Julio César Artavia, gerente del hotel, recuerda que años atrás la finca era de ordeño y cultivos de yuca, pero la familia decidió cambiar el rumbo para proteger la naturaleza y ofrecer a nacionales y extranjeros una experiencia única.
“Nacimos y crecimos aquí. Yo iba a caballo a la escuela. Aquí están mis raíces”, cuenta el gerente.
Y aunque no ha sido un camino fácil —han enfrentado retos como la recesión de 2009 y la pandemia—, la pasión por su tierra ha sido más fuerte.
Hoy el Maquenque Eco Lodge cuenta con 15 bungalows y 10 casas en los árboles, inmersas en el bosque vivo. Cada espacio fue diseñado para que los visitantes puedan desconectarse del ruido y reconectarse con la naturaleza.
Además de disfrutar de impresionantes senderos y avistamiento de fauna, los visitantes también pueden saborear alimentos cultivados en la misma finca.
“Todo lo que podemos producir en la finca, lo usamos en la cocina. Eso lo aprecian mucho nuestros visitantes porque saben que están comiendo fresco, natural, sin químicos”, explicó el equipo de trabajo.
En Boca Tapada, cada rincón cuenta una historia de respeto, amor por la vida silvestre y resiliencia. Una invitación abierta para todos los que quieran vivir una experiencia diferente, lejos del bullicio, y cerca del corazón verde de Costa Rica.
“Los esperamos con los brazos abiertos para que vivan esta experiencia de paz y conexión”, concluyó Julio César Artavia.