Ecos del Caribe: El alma del calypso limonense
Llegado desde Trinidad y Tobago, el calypso encontró en Limón su propia identidad: una mezcla de alegría, crítica y vivencias cotidianas.
Limón despierta distinto. El mar no suena igual, las palmeras no bailan igual… porque aquí, cada rincón vibra al ritmo del calypso. En una casa sencilla, un hombre prende su radio y suena Cabin in the Wata de Walter Ferguson. No es solo una canción: es una forma de vivir (ver nota completa en el video adjunto).
En esta nueva entrega de Más que noticias, nos adentramos en el corazón musical del Caribe costarricense, donde las historias no se escriben… se cantan.
Una guitarra, una sonrisa… y un legado
El calypso no se canta con la garganta, se canta con el alma, nos dice un calypsonian mientras rasguea su guitarra. En su voz resuena la historia de un pueblo que ha hecho del ritmo su memoria colectiva. Llegado desde Trinidad y Tobago, el calypso encontró en Limón su propia identidad: una mezcla de alegría, crítica y vivencias cotidianas.
Cada canción tiene su historia. Cabin in the Wata, por ejemplo, narra la lucha de un hombre por mantener su hogar. Nowhere like Limón es un homenaje a la belleza y orgullo de esta tierra. Carnaval Day es pura fiesta, una explosión de ritmo que hace que todo el pueblo se olvide del mundo.
En Limón, el calypso no busca fama, busca permanecer. Porque cada estrofa es una página de historia, una denuncia, una carcajada o una caricia al alma caribeña.