La bordadora de Pérez Zeledón que crea maravillas con una sola mano
Irene Morales perdió una mano a los dos años, pero no renunció a soñar. Hoy sus bordados son símbolo de resiliencia y fuerza que inspira a quienes la conocen.
En Pérez Zeledón abundan historias de esfuerzo y resiliencia, pero pocas conmueven tanto como la de Irene Morales, una mujer de 59 años que sigue bordando sueños con una sola mano.
Hace más de dos décadas convirtió el bordado en su oficio y en su refugio. Entre hilos y agujas ha creado manteles, paños, fundas de cama y delantales. Cada pieza lleva un diseño único, la herencia de una tradición familiar que aprendió de su madre y su hermana, y sobre todo, el cariño de quien transformó la adversidad en arte.
Su vida cambió en 1966, cuando tenía apenas dos años. Un cerdo entró a su casa, subió a la cama y le causó graves heridas, devorándole una mano y parte del rostro. Aquella tragedia le dejó una discapacidad permanente, pero no logró arrebatarle ni sus ganas de vivir ni su espíritu luchador.
Con paciencia, Irene fue bordando no solo telas, sino también una red de apoyo y amistad. Sus vecinas la admiran por su fuerza y optimismo, y la reconocen como un ejemplo de superación en la comunidad. Conozca su historia de cerca en el reportaje completo que está en la portada.
Quienes deseen conocer su trabajo o apoyarla pueden comunicarse al 8717-1261.