La misión de Mayra Brown: hacer que la risa sane donde la medicina no llega
Con nariz roja y personajes entrañables, voluntarios transforman el ambiente hospitalario en espacios donde florece la esperanza.
Los pasillos de los hospitales suelen estar cargados de incertidumbre, angustia y silencio. Allí donde el frío de la espera y la ansiedad parecen imponerse, aparece una figura inesperada: una mujer con nariz roja, bata colorida y una energía capaz de transformar miradas. Se llama Mayra Brown, aunque dentro de los hospitales todos la conocen como “Venitas Verdes”.
Hace apenas unos meses, Mayra se graduó como doctora payaso de Hospisonrisas, un proyecto que desde hace 18 años lleva risas y compañía a pacientes y familias en Costa Rica. Su historia es también la de una transformación personal: de la formalidad cotidiana pasó a encarnar un personaje que abre puertas donde la medicina no siempre alcanza.
“Niños, adultos y hasta el personal médico nos reciben con gratitud. La risa abre caminos que a veces la medicina sola no alcanza”, cuenta Mayra, con la serenidad de quien ha visto cómo una broma o una canción pueden aliviar la soledad de un paciente.
Ser parte de este grupo no es un juego improvisado. Quienes aspiran a convertirse en doctores payasos atraviesan un exigente proceso de año y medio, en el que se combinan la formación artística y las bases clínicas necesarias para desenvolverse en un hospital. La exigencia responde a un objetivo claro: que cada voluntario logre establecer vínculos genuinos con quienes atraviesan situaciones de dolor o incertidumbre.
El proyecto nació gracias a la microbióloga y artista Angie Cervantes, inspirada en los “Doctores de la Alegría” de Brasil. Su visión fue clara: sacar el teatro de los escenarios convencionales y llevarlo a los pasillos hospitalarios, humanizando así la experiencia médica.
Mayra es uno de los rostros más recientes de esa misión. Con “Venitas Verdes”, reparte sonrisas y rompe silencios, recordando que la salud también necesita compañía y ternura. En cada visita, confirma que el humor puede ser un refugio y que la risa, incluso en los momentos más difíciles, es capaz de sanar.
Puede repasar el reportaje completo en el video que aparece en la portada del artículo.