Por Sebastián Durango |1 de agosto de 2025, 18:55 PM

La Virgen de los Ángeles vuelve a recibir, cada 2 de agosto, a miles de corazones agradecidos. Entre ellos caminan con paso firme y alma serena doña Damaris Leiva y don Marvin Zúñiga, una pareja de Guadalajara de Buenos Aires de Puntarenas que lleva 54 años de casados y una vida entera de devoción a La Negrita.

Este año no fue la excepción. Con la mirada puesta en el cielo y el corazón encendido en plegarias, caminaron una vez más hasta los pies de la Virgen. Esta vez, su peregrinación tuvo un motivo especial: pedir por la salud de un familiar cercano. Pero más allá de la petición, cada paso fue también una forma de agradecer por lo recibido.

Desde la infancia, sus familias les inculcaron el valor del rosario, la oración sencilla y la confianza en María. Esa enseñanza se convirtió en herencia espiritual, y hoy también acompaña a sus nueve hijos. Su fe, arraigada en la tradición y en el amor compartido, ha trascendido su comunidad.

En más de una ocasión, han viajado desde el sur del país para visitar a la Patrona de Costa Rica en su santuario. No buscan milagros espectaculares ni recompensas terrenales. Lo que encuentran al verla es suficiente: paz, consuelo y un amor que no envejece.

Su mensaje para otros fieles es simple, pero profundo: “Visiten a la Virgen. Ella siempre escucha”.

Así, entre pasos, oraciones y recuerdos, doña Damaris y don Marvin nos enseñan que la fe también se camina. Que el amor, cuando se sostiene en la espiritualidad, resiste el paso del tiempo. Y que cuando el alma está agradecida, ni los años ni las distancias impiden regresar al lugar donde todo cobra sentido: los pies de la Virgen de los Ángeles.

Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada de este artículo.

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